Investigación

Violencia obstétrica

Entre la deshumanización y la humanización

La forma en que el sistema de salud está dispuesto frente a la atención de mujeres en estado de embarazo no suele estar centrada en ellas, por el contrario, suele enfocarse en la parte profesional y científica. Un ejemplo de esto es la optimización de tiempos en los partos, en apostarle más a cesáreas (que no siempre son necesarias)—que en Colombia ronda el 44,5 % de los nacimientos según cifras de 2019 del DANE y según la OMS esta cifra no debería exceder el 15 %— y no permitir partos vaginales naturales porque la forma de funcionar laboral y administrativamente de los ginecobstetras los tiene enmarcados en dinámicas para agilizar estos procesos. Lo anterior no significa que toda cesárea es innecesaria, pues en algunos casos como complicaciones y cambios en las posiciones del bebé este procedimiento es necesario y, en palabras de la ginecóloga bogotana Susana Bueno «no toda cesárea es violencia».

(En contexto: ‘Por una atención que ponga a la mujer en el centro del cuidado‘)

La violencia obstétrica, que es un fenómeno global, tiene importancia no solo por los abusos contra esta población y la violación de sus derechos, sino por el desconocimiento que hay frente a qué es violencia obstétrica y en qué momento una mujer en estado de embarazo se puede ver enfrentada a ella. Es decir, se ha normalizado y las mujeres que la sufren no lo saben y por eso mismo estos casos no son denunciados.

Por esto, en los últimos años el debate sobre este tema ha tomado más fuerza, puesto que, como lo cita la psiquiatra infantil española Ibone Olza en su libro Parir «nombrar el abuso que sufren muchas mujeres en el parto es el primer paso para erradicar el problema».

Es en este punto en donde aparece el término parto humanizado o parto respetado. Este concepto se vuelve relevante en la discusión porque justamente ha sido la respuesta a este tipo de violencia por medio de programas de acompañamiento, respeto a las decisiones a la mujer durante el embarazo, parto y posparto. Las mujeres tienen derecho a poder parir sin miedo, sin que les obliguen a usar medicamentos, sin consentimientos informados… sin violencia obstétrica. Por el contrario, las mujeres tienen derecho a poder parir con la información suficiente para tomar mejores decisiones.

Navega el siguiente mapa en el que encontrarás información sobre el porcentaje de cesáreas de 2014 a 2019, construido a partir de la información del Dane de Nacimientos por tipo de parto.
Recomendación de navegación: Cuando termines de explorar el mapa y quieras ir a otros datos, da clic por fuera del tablero.

  

Sobre Poder Parir
Especial multimedia que, por medio de nueve historias, refleja cómo se da la violencia obstétrica en Colombia, así como las alternativas que han surgido como forma de contrarrestar este tipo de violencia. Si te interesa contar tu historia y/o aportar a este proyecto escribe a ljuliana.mateus@gmail.com.